Las palancas de un órgano deben moverse de la manera más silenciosa y más suave posible. De esta manera, alivian por una parte el trabajo del organista y, por otra parte, evitan interferencias indeseadas. Pero a la vez, tiene que haber una posibilidad de freno. Esta es posible mediante un tornillo de regulación.
El tornillo de regulación utiliza la elasticidad del Cojinete de plástico iglidur® empleado y modifica de manera ínfima el diámetro interior. El resultado es un efecto de freno con progresión continua.
Csibi Ervin, Orgelbau Eisenbarth,
Passau (Alemania)