Las máquinas transplantadoras de árboles, las llamadas elevadoras de cepellones, permiten un uso sin problemas y con ahorro de tiempo con una muy buena relación coste-beneficio. Hoy en día, es imposible imaginar el sector del paisajismo sin máquinas como las de Opitz.
Los cojinetes lisos se utilizan en las áreas más diversas de las máquinas. Por ejemplo, en la suspensión cardán de los cilindros hidráulicos de las palas, así como en las bisagras y el mecanismo de bloqueo de las piezas del bastidor que se abren y cierran. Además, los cojinetes lisos en los puntos de pivote de las máquinas grandes, montadas sobre camiones, garantizan una conexión segura entre el brazo principal y el brazo giratorio.
Funcionalidad, durabilidad y flexibilidad son los principales factores que se tienen en cuenta en el diseño técnico de las elevadoras de cepellones. Por ello, en el caso de los cojinetes lisos utilizados en las máquinas, la atención se centró principalmente en la ausencia de lubricantes y en una larga vida útil.
Sobre todo las palas, que se presionan continuamente en el suelo con gran fuerza, requieren componentes resistentes. Una pala de una máquina más grande puede presionar teóricamente hacia abajo 15 toneladas, utilizando 150.000 N de fuerza.
La humedad y un amplio rango de temperaturas también desempeñan un papel importante en la elección de los componentes.
La solución anterior se fabricó en la propia empresa a partir de bronce de cañón. Además del elevado gasto de tiempo asociado, también había que lubricar los rodamientos, lo que repercutía en el medio ambiente. Por otro lado, los rodamientos de bronce de cañón requerían un espacio de instalación relativamente grande, ya que los grosores de pared de 2 mm son bastante habituales.