La depuradora, construida en 1988 en un terreno de 3,5 hectáreas, alberga numerosas innovaciones. Es responsable de las aguas residuales de unos 500.000 habitantes de las ciudades de Niza, Saint-Jean-Cap-Ferrat, Beaulieu y Villefranche-sur-Mer. Dispone de 10 decantadores de 10 x 25 metros cada uno para el tratamiento primario y 12 decantadores secundarios de 12 x 60 metros cada uno. En la planta trabajan 45 personas, 15 de ellas en turnos de ocho horas. La planta funciona todo el año. No se permiten errores, ya que todas las playas de la zona tienen el "Pavillon Bleu", el distintivo de certificación de aguas de baño limpias. Por tanto, el agua que sale de la depuradora está sujeta a normas muy estrictas.
Para el suministro eléctrico de los 10 puentes de los tanques de sedimentación de 25 metros de longitud y de los 12 puentes de los decantadores secundarios de 60 metros de longitud, se utilizó inicialmente un sistema clásico de bucle para el suministro de energía, en el que los cables planos estaban sujetos a carros con rodamientos de bolas y se desplazaban de un lado a otro sobre un carril fijo. El primer carro estaba conectado al puente y todo el sistema seguía los movimientos de éste. Debido a las difíciles condiciones ambientales y al trabajo constante de los puentes, Jean Camilla tenía que revisar mensualmente los carros de todas las cuencas. Este trabajo, que exigía mucho tiempo y mano de obra, también conllevaba una costosa gestión de las piezas de repuesto y frecuentes interrupciones del proceso.